Si te preguntaran: cómo es el manejo de tu palabra en tu cotidianidad, que responderías? Te has dado cuenta si hay ciertas palabras que pronuncias más en el día? Hablas más y escuchas menos en una conversación? O lo contrario?, Qué es sobre lo que más te gusta conversar? Qué tantas palabras hay en tu mente cuando estás solamente contigo mismo? Pocas? Muchas?. Te gusta el silencio?
Aspectos como estos tienen que ver con el tema de este post, en el que el poder de la palabra será la protagonista, para comprender en primera medida el grado de importancia y de responsabilidad que tenemos frente al manejo de nuestras palabras, en segundo lugar para tomar consciencia de ello, y finalmente emprender acciones efectivas que nos permitan conectar con nuestra fuerza creadora consciente a través de la magia insondable de las palabras.
Qué son las palabras?
Desde el punto de vista gramatical podemos hacer alusión a la palabra como: “una unidad de significado que se separa de las demás mediante pausas potenciales en el habla y blanco en la escritura” (Wikipedia).
Pero desde un contexto evolutivo y de toma de consciencia en el que planetariamente nos encontramos, la palabra va más allá de su significado gramatical, va más allá de representar sonidos, símbolos y diferentes formas para podernos expresar.
La palabra antes que nada involucra energía, fuerza y vibración, y por tanto crea realidades, ya sea de manera consciente o inconsciente, pues según como se dirija esa fuerza y energía podemos hacer de las palabras una llave maestra que nos abra las puertas para crear experiencias deseadas, así como escuchar de manera activa y generar comunicaciones asertivas y efectivas.
Pero también podemos hacer con ellas todo lo contrario: caer en la mecanicidad de lo que decimos, hablamos y escuchamos, continuar creando experiencias inconscientes e indeseadas e incluso usar las palabras para herir o lastimar ya sea a nosotros mismos o a otros, aunque muchas veces no sea ésta nuestra intención, pero cuyo resultado inevitablemente se produce ante la falta de consciencia en ellas.
CÓMO HACER DE LA PALABRA UNA SEMILLA CONSCIENTE DE CREACIÓN
En primer lugar, es preciso que nos detengamos a observar y a autoevaluar qué tal es la calidad de nuestras palabras en el día. Para ello, debemos comenzar por reconocer con total honestidad y humildad como empleamos nuestras palabras en lo cotidiano, observar que tan enriquecedoras son, tanto para nosotros como para los demás, cómo son nuestras conversaciones habituales, si en ellas está presente el chismorreo, o la mecanicidad con palabras de escaso valor y contenido, o si por el contrario lo que decimos puede aportar, enriquecer o aclarar algo a otros, y si quizás con las palabras podemos generar una vibración armónica dentro de una conversación.
Si ante esta labor de autoobservación, (que por cierto requiere cierto tiempo, y no es cosa de hacerlo unos días o semanas, pues lo ideal es que poco a poco lo vayas incorporando como un hábito natural en tu día a día), te diste cuenta por ejemplo que el chismorreo puede estar presente en tus conversaciones, es perfectamente normal que esto pase, pues nos gusta que nos compartan historias y nosotros compartirlas, sólo que muchas veces lo hacemos sin percatarnos de si esas historias son auténticas o falsas, y donde muchas de ellas versan sobre personas que no están presentes en la conversación o incluso que no conocemos, lo que impide por un lado verificar si todo ese contenido es auténtico o no, y simplemente y sin darnos cuenta nos dejamos arrastrar por la seducción del chisme, lo cual se convierte en una oportunidad interesante para que nuestro ego vuele en su imaginación y emita sus propias opiniones, pensamientos y percepciones en torno a esa historia.
Así que, date un tiempo para sondear el nivel y calidad de tus palabras en tu vida cotidiana, sin juzgarte, culparte o reprocharte por lo que veas y encuentres en este primer ejercicio de auto observación, acéptalo con humildad, pues el “darnos cuenta” es el primer paso para una toma de consciencia, en este caso de nuestra palabra, para luego ir a la acción, y desde ese estado de consciencia comenzar a hacer los cambios requeridos.
Que tu objetivo e intención sea ser impecable con las palabras
Es el momento de activar desde ya el poder de la palabra a través de la intención.
Para ello, elabora por ti mismo una afirmación a manera de decreto y pronúncialo al comenzar tu día, plasma en él, de manera clara, expresa y precisa la intención de ser una expresión consciente e impecable a través de tus palabras en todos los ámbitos de tu vida. Con este tipo de dinámica estás desde ya propiciando el escenario ideal para que esa intención se manifieste hacia afuera, a través del uso repetido, consciente, sentido, (esto último es muy importante, que lo sientas y lo creas) y sostenido, de la fuerza de tu palabra en esta clase de decreto matutino.
Respira
Si en algún momento del día, observas y percibes que te está costando ser impecable con tus palabras ante alguna situación desafiante o dificultad que te puede arrastrar hacia la emocionalidad con respuestas reactivas y mecánicas, hacer uso de la respiración larga y consciente en esos críticos momentos ayuda inmensamente a ganar claridad y neutralidad frente a esa situación antes de hablar.
Esto sucede porque cuando respiramos de manera lenta y profunda, la química de nuestro cuerpo cambia, y por ende cambia también la vibración de las palabras, pasando de un estado quizás alterado a otro más receptivo y tranquilo que nos permite elegir de manera más clara y despejada, las palabras a pronunciar en ese momento.
Así que ten en cuenta este útil consejo: respira antes de hablar, y te sorprenderás de la magia que puede suceder al transformarse esa situación caótica en otra más tranquila y más estable o al menos con otra disposición para asumirla, con tan sólo haber respirado y elegido tus palabras con más consciencia (Activa tu poder de respirar).
Hazte amigo del silencio
Muchas veces pensamos que para compartir un momento con alguien se requiere de un hablar constante, llegando muchas veces a padecer cierta incomodidad antes esos silencios que pueden ocurrir durante una conversación.
Como también pueden existir situaciones en las que nosotros mismos no toleramos el silencio, porque nos asusta de alguna manera no escuchar nada y entrar en contacto únicamente con nosotros mismos, prefiriendo entonces: mantener encendida la televisión, escuchar música, ver algún video en las redes sociales, llamar a alguien para conversar, etc…
La invitación es que a partir de ahora le demos otra mirada con más profundidad y valor al “silencio”, el cual se vuelve un instrumento efectivo para activar nuestro poder creador con la palabra, pues en cuanto menos palabrería halla en nuestra mente, mayor silencio, y por ende mayor consciencia y facilidad para elegir lo que queremos pensar, escuchar y hablar.
Si estás interesado en ganar práctica y hacerte más amigo de los silencios, te recomiendo que leas y pongas en práctica el contenido del post sobre meditación que encontrarás en el siguiente link: La meditación un regalo para la vida.
Activa el poder de tu palabra para crear lo que deseas
Llegados a este punto, es el momento para que a partir de ahora mantengas activa la fuerza tu palabra como semilla de creación, lo cual se producirá de una manera más natural y eficaz en la medida en que la autoobservación diaria, la intención constante de la impecabilidad de la palabra, y el uso de herramientas como la respiración y el silencio, estén cada vez más presentes e incorporadas en los diversos aspectos de tu vida.
Así que simplemente, piensa en esas cosas que ahora mismo deseas crear y proyectar, ya sea a nivel de salud, de un trabajo, de una relación, de dinero, de un proyecto, o de cualquier otro tema que actualmente es relevante para ti, y dale fuerza a ese deseo a través de la magia de tus palabras reunidas en un autodecreto o afirmación que expresen de manera clara, precisa y sentida lo que deseas integrar y proyectar en el mundo externo. Y recuerda: que no es sólo activar este poder vibracional de la palabra, hay que mantenerlo, con la repetición del decreto que elaboraste, de manera constante, paciente, y sostenida en el tiempo, hasta ver los frutos, que con seguridad llegarán.
Ahora bien, independientemente de que hagas o no uso de afirmaciones o decretos personales, El poder de la palabra si o si hace parte de tu realidad interna y externa, así que hazte responsable de ese poder, pues ahora sabes que lo puedes emplear a tu favor o en contra para herir, dañar o destruir, o bien para crear, brillar, transformar e iluminar. Con el solo hecho de generar consciencia e impecabilidad con tus palabras estás aportando y generando un valor inconmensurable al mundo.
Deseas asumir el poder de tu palabra en libertad? o ser esclavo de creaciones inconscientes?, siempre tienes el poder de decidirlo aquí y ahora, y en cada instante, eres un mago de tu realidad!.