LA PRÁCTICA DEL YOGA: UN APASIONANTE ESTILO DE VIDA

Luego de haber explorado de manera básica y esencial la filosofía del Yoga en nuestro contenido del post anterior, nos adentraremos en el sorprendente mundo de su práctica, a partir de diferentes aspectos que te permitirán conocerla mejor y acercarte de manera vivencial a su real esencia.

Comencemos con el abanico de posibilidades que el Yoga te puede ofrecer.

Clases y modalidades

El yoga tiene la enorme ventaja de contar con un sinnúmero de ramas y modalidades para todos los gustos, condiciones, posibilidades e intereses. Estas son algunas de las modalidades que el Yoga tiene para ti:

Hatha yoga: Práctica en la que se ejercita el cuerpo físico para actuar sobre la mente y la consciencia, mediante el conjunto de una serie de posiciones o posturas llamadas en sánscrito asanas, y el control de la respiración. Su propósito es la conquista del cuerpo por la práctica de las asanas, haciendo de él un vehículo adecuado para el espíritu. De esta forma, se prepara al cuerpo y la mente para llegar a un estado de meditación.

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Kundalini Yoga: Esta modalidad de Yoga nos proporciona toda una experiencia energética a través de secuencias de posturas físicas denominadas kriyas, técnicas de respiración, aplicación de las bandas (contracciones musculares), mudras (gestos o símbolos corporales), entre otros elementos, que nos enseñan a elevar la energía para despertar la consciencia.

Yoga Vinyasa Flow: Tiene sus raíces en el hathayoga, donde movimiento y respiración son los dos elementos primordiales para fluir y evolucionar a lo largo de la práctica. A diferencia del hathayoga, las posturas se mantienen menos tiempo, pues se refiere a un yoga dinámico, con secuencias que son realizadas fluyendo o transitando de una postura a otra, marcada por el ritmo de la respiración. Termina siendo un baile o danza lenta en la que fluyes mientras te mueves y respiras.

Ashtanga Vinyasa Yoga: Ashtanga significa “ocho ramas”. Se trata entonces de las 8 ramas descritas por el sabio hindú Patanjali para llegar al estado de supraconsciencia.

Es un yoga dinámico en el que también se enlaza el movimiento con la respiración (vinyasa), pero en este caso la práctica se hace a través de “series” conformadas por secuencias fijas de posturas realizadas en un orden definido.

Yoga Terapéutico: Un yoga pensado para quienes buscan una práctica más gentil para su cuerpo, y que se adecúe a sus necesidades o posibilidades, bien sea por razones de edad, alguna condición física particular o porque simplemente desean una práctica que proporcione posturas restaurativas, mayor relajación, respiración y/o meditación. Se trata de un Yoga para reconocer, sanar, y equilibrar la relación de nuestro cuerpo físico, pránico, mental, emocional y sutil con nuestra propia esencia.

Yin Yoga: Se trata de una modalidad que incorpora las asanas de Yoga con principios de la medicina tradicional china. La práctica se hace de manera lenta y restaurativa, el tiempo en el que se sostienen las posturas es más largo del usual, siendo su finalidad el calmar la mente y llegar a un estado de más profunda relajación y descanso.

En este tipo de sesiones se suelen emplear elementos de apoyo como bloques, correas o cojines grandes (bolsters), los cuales constituyen un soporte para construir y sostener mejor las posturas.

Yoga para niños: Ya que la disciplina del Yoga cuenta con la enorme ventaja de poder ser practicada en cualquier etapa, condición y estilo de vida, para los niños por lo tanto resulta igualmente recomendable.

Se trata de la enseñanza y práctica del yoga a través de métodos pedagógicos adaptado,s para que desde temprana edad, aprendan a ser conscientes de su propio cuerpo, a conocer la poderosa herramienta de la respiración, a manejar su energía, a relajarse, y a explorar a través de métodos didácticos y divertidos, todos los demás beneficios que en general la práctica de Yoga les puede aportar.

Asanas- Posturas:

Ásana significa literalmente “modo de sentarse”, haciendo relación a una postura que se sostiene durante un periodo breve de tiempo, ya sea sentado o de otro modo.

Si bien las asanas son parte esencial del Yoga, no deben realizarse de manera individual, pues de este modo se trataría de simples ejercicios gimnásticos, por lo tanto, deben practicarse en conjunto con todos los demás elementos (respiración, relajación, meditación) que forman parte esencial de toda la práctica.

Las ásanas nos proporcionan tanto equilibrio corporal como mental, resistencia y  vitalidad, y en general una sensación de unidad de cuerpo, mente y alma.

Podemos  encontrar una amplia gama de posturas en una práctica de yoga, desde: posturas de pie, sentadas, invertidas, flexiones, extensiones, torsiones, de acción abdominal, de equilibrio, de fuerza, supinas (acostado boca arriba) o restaurativas.

Las ásanas contribuyen a ejercitar los músculos, nervios y glándulas del cuerpo, extendiendo sus efectos tanto al plano físico, mental, emocional y energético. Por ello constituyen una excelente herramienta para activar y armonizar nuestros centros de energía llamados chakras.

Así por ejemplo, la postura de árbol te ayudará a trabajar tu primer centro de energía; la postura de cobra (el segundo centro); los saludos al sol (tercero), la postura de camello (cuarto); la vela (quinto); niño (sexto) y el paro de cabeza (séptimo).

A grandes rasgos estas son algunas de las asanas de Yoga que te ayudarán a trabajar y alinear cada centro energético, las cuales por supuesto, pueden trabajarse a través de secuencias que involucren algunas de las gamas de posturas arriba mencionadas.

Qué necesito para una práctica de Yoga:

A continuación te esbozo los elementos básicos que requerirías para hacer una práctica:

  • Ropa ideal:  Elige un atuendo que sea cómodo, resistente y a la vez suave, es decir que no sea ni muy suelto ni muy apretado, y que ante todo te permita realizar con facilidad los movimientos durante la práctica.
  • Mat o esterilla de Yoga: Este es el elemento básico con el que debes contar en una clase de Yoga, ya que no es pertinente que lo hagas directamente en el suelo. En el mercado encontrarás múltiples opciones, en cuanto a colores, diseños, material y precios, así que a la hora de elegirla ten en cuenta lo esencial, esto es: que sea de un grosor adecuado (ni muy delgada, ni muy gruesa), ligera (que te permita transportarla con facilidad de un lugar a otro), de durabilidad en su material, y de un tamaño que sea adecuado para ti.

Como accesorios adicionales y de apoyo puedes encontrar:

  • Bloques o cubos: Este elemento resulta de gran ayuda especialmente para personas principiantes en la práctica, o para quienes presentan algún tipo de limitación física, y el bloque les facilita la construcción de alguna postura para adaptarla y hacer más cómoda la práctica; igualmente puede ser un apoyo inicial mientras se está aprendiendo a dominar una asana de cierto nivel de exigencia. En general, es una excelente herramienta que facilita, profundiza o amplia el rango de movimiento de una postura.
  • Cinturón o correa: Resulta ser un accesorio de apoyo para optimizar los estiramientos durante la práctica, lo que contribuye a mejorar la flexibilidad y el rango de movilidad de las articulaciones. De igual manera, ayuda a mejorar la alineación, a profundizar o avanzar en una asana, y brindar sostén para prácticas más relajantes y terapéuticas.
  • Zafu: Consiste en un cojín redondo (también lo hay en forma de media luna), que sirve para meditar. Independientemente del nivel en el que esté un practicante de Yoga, el zafu es un elemento muy útil para cualquier persona, puesto que permite construir y alinear mejor la postura de estar sentado con las piernas cruzadas, con la espalda erguida, larga y estable, lo cual genera mayor comodidad, facilitando la atención y la concentración durante la  práctica de meditación.

Cinco pilares fundamentales para empezar tu práctica de Yoga:

Si tienes la intención de comenzar a explorar la disciplina del Yoga, te dejo ahora estos cinco puntos claves, que seguramente te ayudarán a concretar ese propósito y sobre todo a mantenerlo en el tiempo, hasta incorporarlo a tu propio estilo de vida de manera natural, fácil, y agradable:

  • Empieza a tu ritmo. No te apresures, empieza de a poco según tu nivel y disponibilidad de tiempo. Disfruta más del proceso que del resultado con paciencia y dedicación.
  • Inicia con clases guiadas. De acuerdo con tus gustos e intereses, puedes encontrar diferentes opciones para acceder a clases de yoga, como: presenciales o virtuales, grupales o personalizadas. Lo más importante es que seas guiado por un instructor o profesor de Yoga que te conduzca hacia una práctica segura, adecuada y motivadora.
  • Genera un ambiente óptimo: Si vas a empezar a practicar en tu propio espacio, es recomendable que generes el ambiente adecuado para ello: que sea limpio, tranquilo, amplio para moverte, y libre de distracciones, (especialmente en cuanto al uso de aparatos electromagnéticos).
  • Respira conscientemente: Esta será la mayor y más importante herramienta con la que contarás para cualquier segmento de tu práctica, tanto para realizar y mantener las asanas o posturas físicas, como para relajarte y prepararte hacia la meditación.
  • Mantén presente la esencia de la práctica: No te saltes ninguna parte, ni le des más importancia a las asanas, pues esto solo conllevaría a que tu práctica recayera en simples ejercicios físicos o ejercicios fitness. Tanto las técnicas de respiración, como la relajación y desde luego la meditación, son imprescindibles en una sesión de Yoga.

Si mantienes esto claro, la práctica cumplirá con su real propósito: la de ser un vehículo a través del cuerpo para aprender a estar presente, para sentir y conectar con tu respiración, para reconocer y percibir tus centros energéticos, para escucharte, para sumergirte a través de tu cuerpo y mente, y para lograr el estado de la meditación.

Espero enormemente que el contenido de estos dos post te hayan aportado información y herramientas óptimas, que hayas logrado conocer, profundizar o quizás aclarar las ideas que tenías en torno a este tema, y por supuesto que haya despertado en ti un interés tal, que se convierta en el impulso para iniciar a través de tu práctica, este andar por los enriquecedores senderos del Yoga.

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